domingo, 12 de abril de 2015

A mí mismo



Nunca has sido tú, siempre he sido yo,
oculto y sensible trás de ti,
enjaulado entre músculos, vísceras y entrañas,
vivo a través de lo que sientes, vivo a través de lo que ves,
vivo a través de lo que escribes y lees,
vivo y siento tu sed, tus noches de soledad,
tus días tristes y sin compañía,
tus caminatas largas de introspección,
vivo y siento tus amores y desamores,
tus miedos y tus adicciones,
eres quien me hace existir, pero, no me defines;
sentí tu respiración y tus latidos en esas noches
en que ni tu sombra estuvo contigo,
soy ese que empujaba tu voz cuando no había más fuerza,
soy ese que te dice que todo irá bien, mientras haces números
en el escritorio de la esquina de tu habitación,
ese que te calmaba cuando la rabia y la molestia no te dejaban actuar,
ese que en el espejo susurra tu mirada y levanta tu frente y,
en la depresión te hacía buscar un libro, o una hoja y un lápiz, y olvidarlo todo.

Miles de pasos dados en esos viajes, solo y sin ganas,
no conocías el fin ni el destino, pero lo hacías sólo por disfrutar el camino,
me llevabas a cuestas aunque no lo sabías,
fuímos uno en esa soledad, en ese andar, en ese explorar;
no somos tan distintos,
las letras nos unen, la metafísica, las montañas, la mística y el infinito nos conectan,
nos llevan al punto más alto de conexión entre alma y cuerpo,
divino placer ese que experimentamos siendo un sólo ser,
tal vez mínimo en el universo,
pero máximo en nuestro propio templo.

Nunca me has podido ver, pero yo a ti sí,
sigues buscándome, pero yo sigo aquí, esperándote y
empujándote a vivir, que me encuentres en ti,
llegues a tu centro y seas feliz.

¡Días de gloria nos esperan!
Tal vez sea lo que ella está esperando,
tal vez sea lo que ella ha imaginado y soñado,
tal vez sea un sueño de amor eterno,
tal vez sea esa compañía que ha estado buscando,
O, tal vez no sea nada y realmente me haya convertido literalmente en todo eso, un sueño, una imagen, una espera, una falsa ilusión.
Igual lo puedo ver de forma distinta, 
y sea yo quien ha estado esperando, soñando e imaginando. 
Una vez vi un hombre al que el amor se le escondía.
Cada individuo crea sus propios dioses; algunos no van a misa los domingos a las seis de la tarde pero religiosamente juegue donde juegue su equipo favorito, están ellos. Dicen que no creen en nadie ni en nada, pero todos los viernes por la mañana se reúnen para aplaudir y seguir a un entusiasta líder que les dice qué hacer y cómo vivir. Hablan mal de los libros sagrados, cualquiera que estos sean, pero idolatran textos de autores, y a los autores mismos, y los convierten en santos y dignos de culto. No creen en las oraciones, rezos y plegarias, las detestan, pero citan frecuentemente durante el día frases de los que han convertido en sus propios dioses, piden a ellos, piden por ellos. Nadie es ateo, todos creemos en alguien o algo, de no ser así también lo creamos.

27/27



En cierto momento de la vida creí en la perfección de los números, me fasciné por el infinito, me dejé llevar por los acertijos de la eternidad, creí en el tiempo detenido en cápsulas de vida, felicidad, amores y tristezas, del tiempo que encasillamos en la palabra tiempo y en el tiempo que es el que siempre es y será; durante estos veintisiete años me han pasado muchas cosas buenas y otras no tan buenas, he creído, descreído y vuelto a creer, las contradicciones son y harán parte de mi vida, a pena de ello me enorgullezco y me acepto; sigo caminando entre aceras distintas y encontradas que me empujan y me detienen, pero, sigo caminando. No se trata de hacer un resumen de mi cuarto de siglo pasado en un par de años, tal vez los aburriría, de igual forma la intención tampoco es entretenerlos. Siempre, el número 27, seguramente por mi cumpleaños, ha causado en mí una cierta afinidad (Es posible que todos la tengamos con el símbolo que representa el primer día en que vimos la luz) y he considerado como un buen motivo este día en que se hace una repetición de ese número en mi vida para agradecer tantas cosas que se me han dado y que, sin merecerlas y esperarlas han aparecido en mi camino, en mi existencia. En este fin-inicio, por un año más, de mi vida quiero agradecer por los dones que la misma vida me ha entregado:


Gracias a la vida,
por el breve espacio de tiempo que ha dedicado a mi existencia.
Por mis padres,
y su verdadero amor, por cada día sacrificar sus sueños por los míos; o puede que esos sean sus sueños.
Por mi hermano,
y su amor por la ciencia, por los libros, por la sierra y por su familia.
Por mis sobrinos,
que me enseñan que amar es tan sencillo y que lo hemos vuelto complicado.
Por mis primos y amigos,
quienes ahogan las penas y celebran las alegrías haciéndome reír.
Por esas personas especiales,
que sólo con su palabra te cambian el día.
Por el amor,
y sus infinitas formas de existir.
Por los viajes,
que siempre me demuestran que es más importante el camino que el destino.
Por la literatura,
que está en Borges, Galeano, Cortázar y Rulfo.
Por la música,
aquella misteriosa forma del tiempo que ya agradeció Don Jorge Luis.
Por Silvio, Serrat, Sabina y Cabral,
que son la música misma.
Por mis antepasados,
quienes son los mismos que ahora luchan en Gaza.
Por ese callejón “La Paz” con calle D,
que ya no es lo mismo que alguna vez fue.
Por Valledupar y Barranquilla,
ciudades que me han dado tanto y tanto les debo.
Por los Arhuacos, Koguis, Wiwas y Kankuamos,
que me han enseñado a amar la naturaleza y convivir en ella.
Por Benkos Biohó, Juan, Pablo y Pedro Angola, Domingo Criollo, Negro Miguel, Zumbí dos Palmares, Bayano, Gaspar Yanga y Ganga Zumba,
quienes demostraron que la libertad de un pueblo es más valiosa que cualquier cosa.
Por el mar caribe y el río Magdalena,
que los hemos negado y les hemos dado la espalda.
Por el fuego,
y su magia irresistible que purifica.
Por las flores,
y su sutil forma de mostrarnos la perfección.
Por la vida misma.

Juan Yani.
Entonces andaba con mi soledad
sentado en la blanca banca del parque aquel
teniendo entre mis manos el libro del que algún día te hablé,
esperando poder compartir contigo cada una de sus letras.
Faltó tiempo para que llegaras. El día fue muy corto,
anocheció y no pude verte.
No creo que haya sido por decisión propia, o seguramente sí lo fue.
Intento otra vez ser amable con la soledad,
antes que hasta ella me abandone.

Después de roer mis zapatos con el asfalto,
de caminar sin rumbo fijo y sin parar,
terminé en el mismo lugar donde empecé
no sé si fue por azar o por voluntad, pero aquí estoy.
Una hora y algo más en que mi cabeza no estaba en mi cabeza, que mis pensamientos estaban más allá del frontal, parietal, occipital y temporal; estaba sumergido en mis sentidos, me dediqué a sentir completamente, a explorar cada reacción que producían en mi cuerpo. Respiré profundo la humedad que me rodeaba, escuché cada movimiento mínimo del aire, palpé la arena mojada y grumosa en la que me senté a ser humano, vi levemente pero con cierta majestuosidad los colores del ocaso tapado entre árboles de cemento, probé de mi propia saliva, de mi sed, una y otra vez, fueron momentos de verdadera libertad, estaba libre de toda mala energía, libre de pensamientos artificiales y superficiales, libre y feliz, felicidad de ser y sentir, felicidad de aceptarme y de quererme, una felicidad liberadora, una felicidad dispuesta y que espera ser compartida. Entiendo el poder de las caminatas y del ritmo del corazón, entiendo el poder de la introspección y de la libertad que nos da. Seamos más humanos, sintamos más.
Todo se desvanece, todo lo que hoy está, no será más que el olvido de mañana. Todo lo que nos conecta a nuestra historia y evoca recuerdos, se cae poco a poco, lo destruyen. Las calles no serán las mismas de tu niñez.
Algumas partidas vão doer até o fundo do seu coração, outras irão te fazer chorar por alguns dias, mas algumas irão deixar rastros, rastros de tristezas, de felicidades, de sorrisos, e de saudades. Talvez um dia você consiga esquecê-las, ou talvez não. Mas de uma coisa é certa: Nenhuma pessoa que parte, volta, então valorize quem está ao seu lado, pois nada dura para sempre.
Todo puede cambiar en un segundo, una vida, un amor, una idea; lo más bello de este camino que recorremos es que no tenemos idea alguna de donde pisaremos con nuestro próximo paso. ¡Aprovecha cada día!
Muchos me han preguntado: ¿A quién le escribes? Yo respondo ahora: le escribo a una mujer, a una mujer que aún no conozco. Cuando esto suceda, le diré: mira, te escribí esto, ya te amaba antes de conocerte.

En el amor


En el amor,
me he prometido una y otra vez,
cosas que soy incapaz de cumplir.
En el amor,
me he advertido mil veces lo mismo,
pero he caído en el error las mismas mil veces.
En el amor,
he dado el todo sin reservas,
y he recibido la nada como respuesta. -No lo dejaré de hacer, es mi naturaleza.-
En el amor,
soy consiente de todo lo que soy, pero aún no me encuentro.
En el amor,
tal vez tenga que caer un par de ocasiones más para entenderme
y conocerme; o definitivamente rendirme ante tu mirada,
y aceptar plácidamente,
que sean contigo,
ese par de veces más, más la eternidad.

Algunos versos libres. JY


Los veo a todos felices y juntos,
quiero creer que su felicidad
es verdadera, real;
así, aunque yo esté sólo,
seré feliz por verlos sonreír...


Desperté sin saber lo bueno que sería ese día,
no tenía ni idea de lo que podría suceder;
pasado el tiempo, estaba ahí,
sentado a tu lado, mirándote,
respirándote, disfrutando de tu existencia,
perdiéndome poco a poco en la belleza de tus ojos,
Y en cada una de las palabras que la acompañaba...

Algunos versos libres. JY


Nos miramos, sonríes, sonrío,
vuelves a sonreír,
me acerco lentamente
respirándote en cada suspiro,
respirando de tu aliento,
respirando de tu perfume;
ya estoy tan cerca que
puedo sentirte sin tocarte,
verte sin mirarte,
tus parpadeos son mis latidos,
que son lentos pero fuertes, porque
espero con paciente ansiedad
ese momento,
ese momento en que mientras
te leo con mis dedos,
mi boca y tu boca
salgan de este sueño
y sean una sola...

Algunos versos libres. JY
Apareció ante mí sin pedir permiso, me llenó de tanto que había creído extinto, las letras me devolvieron aquello que había perdido. Sonrío.


Gracias por ser el medio de la vida,
por la fortaleza en el día a día,
por la voluntad con la que luchas por tus derechos,
por la lucha de tu voluntad en tu camino.
Gracias por darte el valor y lugar real que tienes en la sociedad,
por tu dignidad, que se ve en tu mirada cada mañana,
cuando a tus espaldas están tus sueños ganándole a tus miedos.
Gracias por tu belleza,
que son muchas y es sólo una,
por tu andar, caminar, mirar, respirar,
que inspira letras ajenas y propias,
y en otras ocasiones enmudece la tinta.
Gracias por todas esas cualidades que te hacen diferente, distinta y única.
Gracias por darle forma al mundo,
por darle balance a la existencia del individuo.
No podría existir sólo un día para conmemorar la creación más hermosa,
una vida es poco también.
Siempre faltarán palabras para describirte, Mujer.

Aunque todos los días son 8 de marzo.
Mujeres ¡Feliz día!


Sueños



Sueño en días, sueño en noches,
coinciden en algo los sueños de ambos tiempos,
están tú y tu alma adornando un silencio total,
pasan los segundos,
nos miramos, sonríes, sonrío,
vuelves a sonreír,
me acerco lentamente
respirándote en cada suspiro,
respirando de tu aliento,
respirando de tu perfume;
ya estoy tan cerca que
puedo sentirte sin tocarte,
verte sin mirarte,
tus parpadeos son mis latidos,
que son lentos pero fuertes, porque
espero con paciente ansiedad,
ese momento,
ese momento en que mientras
te leo con mis dedos,
mi boca y tu boca
salgan de este sueño
y sean una sola...
Y al final, al igual que la energía, las letras se transforman, cambian, por eso lo que lees está implícito en lo que escribes.
Con el tiempo te das cuenta de que todas aquellas personas que dijeron que estarían ahí, no están; y al final, asumes que únicamente cargas contigo mismo en la espalda, eres tú tu misma compañía y apoyo...